¿Alguna vez te detuviste a pensar cuantas veces al día utilizas jabón? Lo utilizamos cuando nos lavamos las manos (varias veces al día), al bañarnos, para lavar ropa, incluso hay quienes lo utilizan para la limpieza de los utensilios de cocina.
El jabón se ha convertido en un bien tan necesario y común para todos, que no seríamos capaces de pasar ni un solo día sin él, por eso me resulta interesante detenerme un momento para recordar sus orígenes, considerado un lujo hace miles de años y hoy en día, debido a su importancia en nuestro bienestar, se ha convertido en un producto de necesidad diaria.
Origen: desconocido
Si bien se desconoce a ciencia cierta sus orígenes, podemos encontrar algunas referencias que sitúan el origen en Babilonia en el 2800 a. de C., en Egipto en el 1500 a. de C. o en Fenicia en el 600 a. de C. (Ditchfield, 2012). Lo que sí se conoce es que los primeros usos del jabón estaban destinados a la limpieza y tratamientos de los tejidos, su uso como elemento para la higiene personal fue muy posterior. El jabón, en su estado rudimentario, se elaboraba con grasa animal y cenizas de las plantas.
- Mesopotamia - 2500 a.C: Se han encontrado en antigua Mesopotamia tablillas de arcilla sumerias que mencionan la mezcla que se obtenía de hervir aceites con potasio, resinas y sal y sobre su uso medicinal.
- Siria - 1500 a.C: El jabón sirio procedente de la ciudad de Alepo, antiguo territorio fenicio, se sigue fabricando hoy día con el mismo método tradicional y con aceite de oliva y aceite de laurel.
- Egipto - 1500 a.C: Se frotaban con la mezcla obtenida del natrón (un carbonato de sodio mineral extraído de los lagos salados después de la evaporación del agua), tierra de batán (una arcilla poco elástica que tiene la propiedad de absorber las materias grasas) y altramuces remojados en agua de lluvia machacados.
- Fenicios - 1200 a.C: Los fenicios fabricaban jabón con aceite de oliva y sosa cáustica (o carbonato de sodio) obtenida a partir de las cenizas de la combustión de plantas halófitas (plantas que viven en las salinas) como la salicornia o la salsola.
- Celtas - 900 a.C: Utilizaban grasa de cabra y cenizas de abedul para fabricar sus jabones.
- Grecia y etruscos - 500 a.C: Se lavaban frotándose por el cuerpo una mezcla de aceites aromáticos y arena o ceniza que luego eliminaban con un estrigilo.
- Pueblos germanos y galos - 300 a.C: Los galos fabricaban sus jabones con cenizas de haya y sebo o grasa de jabalí y lo usaban para teñirse sus largas melenas de rubio o pelirrojo. El olor de la grasa rancia les resultaba bárbaro a los romanos.
- Arabia - 200 a.C: En el siglo III a.C. se fabricaba en Arabia un jabón mediante la cocción de una mezcla hecha con potasa, álcali proveniente de cenizas, aceite de sésamo y limón.
Siempre hay una historia…
Cuenta una leyenda que el jabón fue descubierto accidentalmente en Roma por las mujeres que lavaban sus ropas en las aguas del río Tiber, a los pies del Monte Sapo.
En la cima del monte se efectuaban sacrificios de animales a los Dioses. La grasa animal mezclada con las cenizas de las incineraciones, eran arrastradas monte abajo por las lluvias y se mezclaban con otros materiales que componían el suelo arcilloso. Esta sustancia compuesta por ácidos grasos (grasa animal) e hidróxido de potasio (ceniza y agua), hacía que las manos y ropas de esas mujeres, quedaran mucho más limpias.
El proceso de elaboración del jabón se denomina ¨saponificación¨. Así que es muy probable que el origen de esta palabra provenga justo de esta leyenda.
Evolución
Galeano (médico griego 130-200 d.C.) fue el primero en hablar del valor del jabón como elemento de higiene personal para evitar enfermedades.
El apogeo del jabón se produjo a finales del siglo XIX y la primera mitad del XX, donde diversos químicos franceses desarrollaron fórmulas para la obtención de un álcali procedente de la sal, que permitió no extraerlo de la madera, constituyendo un significativo avance para evitar la deforestación. Además, descubrieron detalles sobre el proceso de saponificación al observar la presencia de lo que hoy conocemos como glicerina y las grasas animales fueron sustituidas por aceites vegetales (oliva, coco, ricino, etc).
A partir de 1950 los productos de jabón fueron gradualmente reemplazados por detergentes sintéticos, despertando también la preocupación por sus efectos nocivos para el medio ambiente. Todavía queda mucho por hacer para evitar los problemas ocasionados por el desecho desmedido de los detergentes sintéticos.
Jabones Naturales en la actualidad
Los jabones de ¨to-my Cosmética Natural¨ están elaborados de manera artesanal, en pequeños lotes, con amor, paciencia y cuidado para garantizar la mejor calidad posible, es por ello que cada barra de jabón es única por su naturaleza encontrándonos con pequeñas variaciones en tamaño, forma y peso.
Los jabones son elaborados utilizando el método tradicional de saponificación en frío, el cual permite que los ingredientes se mantengan a baja temperatura para garantizar que conserven sus propiedades naturales, terapéuticas y nutritivas. Crear jabones a la antigua significa que no se elimina la glicerina natural formada en el proceso de elaboración, la misma es muy beneficiosa para la piel para mantener nuestra piel hidratada.
Los ingredientes son seleccionados de manera que se adapten mejor a cada tipo de piel o tratamiento buscado. Poseen colorantes obtenidos directamente de la naturaleza a través de infusiones, cascaras de vegetales o frutas deshidratadas, macerados en aceites, etc.
Pero lo que hace a nuestros jabones únicos e insustituibles, es el arte de la formulación, la alquimia de las sustancias. Si bien es posible saponificar cualquier aceite, grasa o manteca, el resultado no siempre será el mismo. La magia de los ácidos grasos contenidos en los aceites y su equilibrio, constituyen la identidad de un jabón: abundante espuma, poder de lavado, efecto "acondicionador" o espuma estable y suave.
En ¨to-my ¨ buscamos que se recupere la esencia de aquellos primeros limpiadores naturales, para una mejor calidad de vida y un equilibrio entre el hombre y la naturaleza.